divendres, 10 de juny del 2011

M'AGRADA EL PÉREZ-REVERTE!

"Cuanto más conozco el mar, más miedo le tengo. El mar es cruel como la vida; no tiene sentimientos, no tiene piedad", dice Pérez-Reverte cuándo se le pregunta por el mar, una constante durante toda su vida. "Es una fuente inagotable de literatura, de vida, de ensueños, certezas y dudas".
Es normal que tenga tanto que achacar al mar, Arturo Pérez-Reverte creció junto a un puerto, el de Cartagena, "con tres mil años de historia" y navega en un velero desde hace dos décadas. Ahora se dispone a publicar un libro cuyo títtulo da vueltas a esta misma realidad, 'Los barcos se pierden en tierra', una recopilación de los artículos que publica para el 'Semanal' de 'El País' cada domingo.
Editado por Alfaguara, el libro podría ser su forma de celebrar los veinte años que lleva publicando artículos en el 'Semanal XL'. Cada domingo refleja su visión del mundo en esos textos, critica aquello que no le gusta y se subleva ante "la estupidez", la de los políticos o la de quien sea.
"El peor enemigo del mundo no es la maldad sino la estupidez. De un malvado inteligente puedes aprender e incluso sufrir los estragos de su maldad puede hacerte más lúcido, pero de un estúpido nunca aprendes nada", dice con énfasis el académico de la Lengua.
Sus artículos son, pues, "una especie de indignación contra la estupidez. Y, si a veces la unes a la política, el resultado puede ser devastador. Lo estamos viendo en España con mucha frecuencia", subraya Pérez-Reverte, que nunca ha pretendido que sus colaboraciones "sean dogmáticas". Pero hay cosas ante las que dice no poder quedarse "callado".
Ese tono guerrero, políticamente incorrecto, está también presente en algunos del centenar de artículos de 'Los barcos se pierden en tierra', publicados entre 1994 y 2011, aunque también se podrán encontrar varios inéditos .
El escritor está convencido de que el mar "es un lugar mucho más apasionante y rico que la tierra. Navegar por el mar es hacerlo por la certeza de que el mundo es un lugar peligroso, y es también navegar por la memoria, barcos hundidos, rutas, navegantes..." comenta embelesado por un mundo que le fascina.
Nacido en Cartagena en 1951, Pérez-Reverte creció con una buena biblioteca en casa, y los libros y ese puerto marcaron su vida. De pequeño se iba "a ver a los marinos con tatuajes, a esas mujeres que fumaban y le hablaban de tú a los hombres y esos barcos con nombres exóticos". Y soñaba con viajar en ellos.
"El mar era una puerta. Para mí no era una barrera; era un camino, una aventura, un viaje. Los libros me empujaron hacia él. Tengo una deuda con el mar impagable, a pesar de que pago mi precio, naturalmente", asegura este escritor cuyas novelas están traducidas a unos cuarenta idiomas.
"El mar no te permite parar ni bajarte. Una vez que estás tienes que seguir hasta el final. Y esa es otra de las lecciones del mar, que hay que asumir las consecuencias de tus actos, tus errores y tu aciertos", señala el autor de 'La reina del sur' asumiendo que nada atañe más a la responsabilidad que las acciones tomadas en un entorno como el mar.
"Hay una gran lección que da el mar: que todo tiene su momento y su final. Y que cuando los hombres que han sido valientes, geniales, los arroja la vida a la playa y los deja varados entre las piedras, muchos se pudren poco a poco", poco se puede añadir.
El escritor dice sentirse orgulloso de este libro que con "sus recuerdos, impresiones, historias y viajes", que representan "una forma de ver el mundo".


 



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